El polígrafo, también conocido como “detector de mentiras”, ha sido objeto de muchos mitos a lo largo de los años. A continuación se presentan algunos de los mitos más comunes asociados con el polígrafo:
El polígrafo puede detectar mentiras: Aunque se conoce como un “detector de mentiras”, el polígrafo no puede detectar mentiras en sí mismo. Lo que el polígrafo puede hacer es detectar cambios en la actividad fisiológica del cuerpo, que pueden ser indicativos de que alguien está ocultando algo o que está nervioso o ansioso.
Las personas pueden engañar al polígrafo: También es un mito común que las personas pueden engañar al polígrafo. Aunque algunas personas han intentado hacer trampas en el pasado, los examinadores están capacitados para detectar estos intentos de engaño y tomar medidas para evitar que ocurran.
Causa dolor: El polígrafo en sí mismo no causa dolor físico, ya que es una máquina que mide la actividad fisiológica del cuerpo, como la respiración, el ritmo cardíaco, la sudoración y la presión arterial. Durante una prueba de polígrafo, el examinado se sienta o acuesta cómodamente y se le colocan sensores en diferentes partes del cuerpo para medir estas respuestas fisiológicas. En general, la prueba de polígrafo es un procedimiento no invasivo que no debería causar dolor físico.
No hay evidencias en decir mentiras : Decir una mentira genera una respuesta fisiológica corporal inmediata a partir de los 3.5 segundos que la decimos, la cual se traduce en algunos cambios:
• existe una discreta sudoración en la frente y por arriba del labio superior
• la transpiración corporal aumenta
• la frecuencia cardíaca se acelera
• la respiración se hace profunda y rápida
• la activación vascular puede hacer cambie la coloración de la piel de la cara
• Se presenta un incremento en los niveles de glucosa y ácidos grasos libres
• la tensión arterial aumenta
• la producción de saliva disminuye